viernes, 19 de octubre de 2012

Entre el MET y el Times Square...

Cada que viajo, que recorro una ciudad no deja de maravillarme la diversidad y el colorido de su gente, de sus calles, de la vida cotidiana. No dejo de maravillarme de lo que nosotros como humanos hemos creado al paso del tiempo.
Hoy estuve en sitios en donde me emocioné al darme cuenta de la cantidad de arte que el hombre ha creado a lo largo de los siglos. Desde el antiguo Egipto hasta la modernidad de Times Square.
Recorrí salas y salas en museos que mostraban las maravillas creadas por mentes y manos humanas. Una piedra grabada, una piedra esculpida, un metal forjado, cerámica, madera, vidrio, telas. Manipulados en formas caprichosas de acuerdo a la cultura, a las creencias, a la religión, al tiempo...
Vi trabajos increíbles en metales preciosos combinados con piedras preciosas que asemejan a pequeñas esculturas en artículos de joyería. Encontré pequeños catecismos hechos de madera con las escenas más representantivas de la vida de Jesús, diminutas figuras perfectamente talladas y pintadas, presentadas  en bases de madera o de metal...
Vi porcelanas exquisitas representando la vida cotidiana del siglo XVIII y XIX. Encontré no sólo los muebles originales de casas, hoteles, sino hasta la casa misma!!!
Quedé sorprendida de la cantidad de arte que el ser humano a realizado a lo largo del tiempo, de sus historia, pero más aún, me quedo boquiabierta de ver la cantidad de arte encontrado en un solo lugar...
Pude ver parte de la historia del hombre en un edificio, por espacio de unas horas.
Estar en un museo como el MET de NY, es una experiencia inolvidable, encontrar por inicio un edificio imponente con esa escalinata que eleva un edificio que si bien no es de la majestad de otros, impone con sus lineas limpias y sus columnas firmes y perfectas. Entrar en el lobby atestado de gente que va y viene, de las filas de los boletos, del guardarropa, de la fila del baño, del comedor....
Filas interminables de gente que habla distintos idiomas, pero que están ahí por el mismo motivo: ver esa colección de maravillas denominada ARTE.
Si, me emocioné tanto por la colección de armaduras, espadas, sables, yelmos, escudos; como por las pinturas de Velázquez, Van Dyck, Manet, Degas, Reubens, Caravaggio, Pizarro, Murillo; y por las siempre perfectas esculturas griegas y romanas, que aunque les falte alguna pieza, no dejan de maravillarnos por la perfección en los pliegues de la túnica, del rostro, de las manos, de los pies, en esos detalles de las expresiones; por los sarcófagos y jeroglíficos, por esas religiosidad que derivó en una de las culturas más estudiada. Me emocioné al ver los trabajos de joyería, de cerámica, por los tapices, los muebles, por el tallado de la madera en sillas, reclinatorios, puertas, adornos...
Estar en un museo es ver la capacidad del ser humano, la sensibilidad, esa inclinación por lo bello, lo estético, por lo perfecto!!
Y de ahí ir a un lugar completamente diferente: Times Square. Un lugar lleno de luces, de color, de tecnología. Un espacio moderno que convive plácidamente con edificios viejos, de piedra, que tiene por vecinos rascacielos,  que se rodea de una calle llena de teatros, carros de comida, artistas callejeros: desde estatuas de la libertad representadas con el más mínimo detalles hasta un naked cowboy con su guitarra sombrero, botas y gafas oscuras...
Ver en ese espacio, una cantidad de personas que se maravilla de ver ese espectáculo, escuchar idiomas distintos; observar vestimentas diferentes; ver como un espacio inerte se llena de vida, de movimiento. Deja de ser un espacio vacío, simple y plano y se torna un lugar de reunión; donde la tecnología de la mano de la arquitectura, del arte, se funden en uno solo para dejar atónito al más escéptico.
Por raro que parezca, esa diferencia, ese abismo  que para muchos puede separar un museo de arte y una confluencia de calles es lo que me llamó la atención. Nuestro tiempo da otra cultura y por lo tanto nos presenta otro tipo de arte. Son diferentes en su técnica, pero siguen expresando, siguen asombrando, tienen color, movimiento, intención... Ambos lugares convocan miles de personas.  Por distintos que sean, son mecanismos de la expresión humana... tan distintos y tan iguales...

viernes, 5 de octubre de 2012

De mal quedad@s y sus pretextos

Hoy me ronda la cabeza aquellos amigos o personas que tienen fama de mal quedados... De esos todos conocemos por lo menos a uno!!
Si esos amigo@s que diario apuestan y nunca pagan; que  enjaretan reuniones, salidas y nunca van; que siempre dicen "te marco en la semana para vernos" y obvio, no lo hacen...
El que apuesta es bastante clásico, diario te orilla a apostar, dinero, la botella, un cartón, una comida, enjareta a dos o tres, promete por el osito bimbo, el gansito marinela y hasta por su chava que esta vez si va a cumplir. Asegura que la vez pasada las cosas no estaban claras pero que esta vez se hará diferente... bla, bla, bla.... y como siempre, no paga.
Y se enoja porque le tiran carrilla, porque es el tema de la siguiente reunión, porque le cobran la apuesta cada que lo ven... Eso si, se enoja, se siente, justifica... pero no paga...
Y los mal quedad@s? esos son otra cosa!!!
Yo tengo una mamá del colegio, que durante 5 años, cada que me ve, es una sonrisa, el abrazo, el cómo estás.... y siempre me dice, "en la semana te hablo para irnos a desayunar".... claro!!! y es fecha que no tiene ni mi número de celular ni el de casa... ahí si solo le sigo la corriente, para que mortificarse
Cuando estábamos chavas y salíamos con algún galán (o galón dependiendo el caso) y la cita terminaba con la frase del monito en cuestión "te hablo para ver que hacemos el fin" era un 80% seguro que esa llamada nunca llegaría a casa... Eso sí, si por cosa del destino, te lo encontrabas por ahí, la lista de pretextos de por que no llamó no se hace esperar.
Esa es otra cosa del mal quedado... ¡Los pretextos!!! Son de un variado y de un absurdo algunos que me hacen pensar si de verdad piensan que les creemos. Esta el que enferma o mata a la abuelita, de repente te das cuenta de que tienen 6 abuelas y 8 abuelos. Está el que siempre le pasa algo en la calle, la llanta, la gasolina, le chocaron, el tráfico, la calle que están arreglando.... El que pone de pretexto al perro, al gato, al hámster (y sabes de antemano que es alérgico y por lo tanto no tiene mascotas) El típico que siempre le echa la culpa a la chamba, como si viviera en la oficina y fuera manda pasarse 18 horas trabajando "apenas si tengo tiempo de comer e ir a descansar..."
Si los pretextos dieran dinero, serían millonarios!!!!
Si, sé que no siempre se puede asistir a todas las invitaciones, a veces uno no tiene planes para un fin de semana y de repente llegan 3 o 4 invitaciones para el mismo día... Tampoco hay que verse desesperado como algunos que insisten en ir a todos sus compromisos aunque pasen más tiempo en el auto que en los lugares. Quejándose de que tienen ootra comida, dos cenas, una fiesta...
No hay que irse a los extremos. Ni ser tan mal quedado ni querer quedar bien con todo mundo o sentirse el socialito que tiene muchos compromisos para un sábado...
Si de plano no te late salir con alguien, mejor ni digas nada. Vamos! Calladito te ves más bonit@. Porque luego alguien te lo va a echar en cara y por supuesto que habrá molestia de tu parte "...No me crees?? en serio!!! te estoy diciendo la verdad!!!" Si, verdad que has repetido una y otra vez cada que quedas mal.
Reconozco que yo también de repente soy mal quedada. Por una u otra razón cuando tengo ganas de una salida, me he quedado con las ganas.  Por eso procuro si no estoy segura de poder asistir no asegurar nada. Es mejor para mi, pero sobre todo, por respeto al otro. Aunque a veces se me sale el quedar en algo y es ahí donde quedo mal... muy mal!!!
A mi me han quedado mal muchas veces. Y si, también lo he reclamado y si, se me han sentido!!! Una pasa, dos... bueno, tres ya hay algo raro ahí, de cuatro en adelante, lo más seguro es que te estén dando el avión!!!
Al final, lo reconozco, termino creyendo en la gente, hacerme a la idea de que su pretexto es genuino... Aunque por dentro mi intuición me diga todo lo contrario. Siempre me quedo con esa sensación de que igual cambia, reacciona, y se corrige y me dé la grata sorpresa de cumplir con su palabra...
Eso sí, no espero ni sentada ni con un cafecito!!! faltaba más!! La vida continúa e invitaciones y planes siempre se tendrán. Esperemos que algún día los mal quedados se rediman.... Si no, seguirán siendo tema de conversación, blancos de bromas, carrilla, ejemplos a no seguir.... Se los dejo de tarea: Eres mal quedad@?




miércoles, 3 de octubre de 2012

Agradecimiento

Es normal y es esperado que agradezcamos en nuestra vida a quienes nos han influido, enseñado, querido. Vemos en las largas listas de agradecimiento a los padres, hermanos, parejas, hijos, amigos, maestros, el perro, el gato, el perico, el del minibús, el portero del edificio...
Agradecemos a quienes nos dan la mano y su sonrisa, agradecemos a aquellos que nos dejan una huella en algún momento de nuestra vida. Agradecemos al que nos acompaña, al que nos hace reír, al que nos ayuda a levantarnos...
Estamos acostumbrados a agradecer a quienes han sido y son buenos con nosotros. Eso es fácil y es lo que los demás esperan de ti.
Pero esta vez no voy a agradecer a quienes me quieren y desean mi bien.
Hoy quiero agradecer a todos aquellos que me rechazaron, a los que me critican, a quienes por una u otra razón nada más no me aceptan, a aquellos que se burlaron, a aquellos que me envidian, a aquellos que me desean una y otra vez que me vaya mal, a aquellos que se cuestionan mi vida, a aquellos que se molestan por lo que tengo, a aquellos que me voltean la cara, a aquellos que no me saludan, a aquellos que me hacen gestos cuando hablo, a aquellos que les dicen a mi hija que estoy loca que soy superflua que soy de lo peor...
Si. Hoy agradezco a todos ellos por las palabras, gestos y acciones que han tenido para conmigo desde la infancia hasta el día de hoy. A quienes aún lo siguen haciendo quizá por diversión...
Agradezco sus no puedes, porque me esforzaba más
Agradezco sus burlas a mi físico porque decidí cuidarlo tremendamente
Agradezco que me digan loca, porque no dejo de ser original
Agradezco que cuestionen mi vida, porque valoro y bendigo cada persona que forma parte esencial de la misma
Agradezco que no me acepten porque encuentro personas maravillosas que me reciben con los brazos abiertos
Agradezco que no me saluden, porque mis abrazos son repartidos en la gente que quiero
Agradezco que me critiquen, porque gracias a eso, me doy cuenta de mus virtudes, de mi potencial
Agradezco a quién me traicionó porque me valoré más, mis ideas, mis proyectos, mis creencias, mis habilidades
Agradezco de corazón todo lo malo que en algún momento recibí por la simple razón, de que eso me hizo más fuerte, más confiada en mi, más luchona, más segura.
Pero también me hizo abrir los ojos, enfocarme en las cosas realmente importantes. Me hizo valorar días, horas, segundos, instantes.
Me hizo madurar, aceptar a los demás, me hicieron más fácil el poder ponerme en los zapatos del otro.
Me ayudaron a quitarme de prejuicios, de tontos tabúes, de falsas percepciones, de miedos.
Agradezco de corazón sus ganas de molestarme, de incomodarme o de plano de ofenderme.
Agradezco el tiempo que le han dedicado, no sé si ha sido planeado o todo salía de improviso, pero gracias por ser tomada en cuenta en pláticas, en ejemplos, en su vida.
Cada palabra suya, gesto, grosería son para mi un indicador de que voy bien, de que me hago notar.
Gracias por ayudarme en  cierta medida a ser lo que soy hoy. A tener la fortaleza, el ánimo, la alegría, las ganas que tengo. Sé que si sólo hubiera tenido solo cosas buenas en mi vida, las cosas sería muy diferentes.
Así que agradezco a Dios por ponerme a esas personas en mi camino, sé que hay gente que pide porque desaparezcan de sus vidas, pero seamos honestos y veamos el lado positivo de las cosas, si uno fuera ignorado, significaría que no vale uno ni una simple mirada... Pero si se dedican a ti, y le buscan por todos los aspectos de tu vida para ver por donde pegarte, significa que eres importante para ellos, que vales la pena; que lo que haces, dices, tienes es maravilloso; que vas dejando huella.
No te ofendas, no te sientas, no te humilles, que no te duela....
Yo agradezco su existencia, los dejo que sigan, porque sé que mientras hablen, yo estoy avanzado, creciendo, creando, disfrutando, sigo viviendo!!!!

















lunes, 27 de agosto de 2012

Mujer de FE

Cuando mi padre enfermó, me sorprendía que me dijeran que era una mujer de fe, de mucha fe, por la aceptación de todo lo que me estaba pasando en ese momento.
Mujer de fe. Hace siete meses mi padre nos dejó físicamente y hoy decidí realmente reflexionar sobre esas dos palabritas.
Mujer de fe. Si me lo hubieran dicho hace unos años, respondería que no soy mocha, ni cucaracha de sacristía... o alguna lindura similar; porque para mi una mujer de fe en mi primera juventud se representaba con la típica viejita que no salía del templo y se la pasaba rezando el rosario una y otra vez, incluso en misa, eso sí, se quedaba dormida en la homilía y en las lecturas, pero aún cabeceando, seguía pasando las cuentas del rosario.
O aquella mujer que se la vivía tomando clases de todo en la parroquia: biblia, oración, liturgia, catecismo, historia de la salvación, etc, etc. En pocas palabras para mi una mujer de Fe era aquella que creía que con ir al templo 6 horas al día o más ya tenía ganado el cielo y todos los problemas se el resolvía por el simple hecho de pasar cuentas o de gastar esos libritos de oraciones.
Cuando me caso y me embarazo, mujer de fe para mi era simplemente hacer lo que humanamente me tocaba para que mis hijos se lograran. Ni más, ni menos, pedía a Dios, a la Virgen y listo. Y lo mismo para la vida diaria. Pedir y hacer, sin más complicación.
Hoy en día para mi esas dos palabras tienen un significado mucho más profundo y mucho más complejo. No pretendo ser ni teóloga, ni doctrinaria. No pretendo dar un sermón ni cambiar a nadie. Simplemente quiero dar mi punto de vista y mi explicación de que es para mi ser una Mujer de fe.
Primero, claro está es la fe de mi religión, que a estas alturas de mi vida se supone que conozco, acepto y practico por decisión personal y no sólo familiar o social. Estoy convencida de mi fe, no solo CREO en Dios, porque hasta el Diablo cree en El, y los que se pasan la vida tratando de comprobar que no existe, creen el El; si no creyeran, no se tomarían el tiempo y la molestia de comprobar que es un producto de la imaginación colectiva. Pero el caso no es creer en Dios, sino CREERLE. Es estar convencido de que soy imagen de El en lo humano y en lo divino, y de que mi paso por el mundo es simplemente una deliciosa experiencia terrenal.
Segundo, mi fe en mi como ser humano, como mujer, como madre, como hija, como hermana, como amiga, como cada pequeña parte de mi que soy. Esa fe en uno que es lo último que aprendemos y que buscamos. Esa fe en mis virtudes y en mi capacidad de desarrollarlas y de disfrutarlas, esa fe en mis defectos y en mi voluntad por aceptarlos, enmendarlos, vencerlos. Esa fe en mi, que nace desde dentro y no del comentario, de la aceptación del otro.
Esa fe en mi persona que deposito cada mañana en mi alma y en mi cuerpo y que no necesita de la validación de nadie para asegurar que soy valiosa, que soy genial, que soy capaz, que tengo valor... que vivo por mi!!!
Y es en esta fe en la que se centra todo lo demás. Si no creo en mis capacidades, en mi poder, en mis fortalezas, en mis capacidades, no saldré de mi caparazón, no haré nada, estaré dependiendo de la opinión y aprobación del otro para darme a mi ese valor que debe nacer de mi.
Es en esa fe en la que termino dándome cuenta de que aunque el cuerpo sea débil, mi certeza interior de que puedo afrontar y superar pruebas fuertes, y de que mi vida, mis acciones, mis etapas, mis caídas, mis derrotas, mis triunfos, son lo que me levanta y me mantiene en el camino.
Es tener una combinación, creer en Dios, o ene esa fuerza superior que está por encima de todo lo humano y darme cuenta de que también está en mi y de que tengo la habilidad y la obligación de reforzarla, de conservarla, de valorarla, de hacerla cada día mía y hacerla vida para entonces darme cuenta de que también debo de tener fe en mi.
Mujer de Fe. Esa pequeña frase me ha dado para mi muchas cosas, muchos significados, pero sobre todo, mucho sentido a muchas acciones, pensamientos, reflexiones y aprendizajes en mi vida. Porque simplemente creo en Dios y en mi. Y sé que así de sencillo puedo afrontar la vida y los obstáculos; puedo tomar decisiones y acciones con la serenidad de mente que se requiere; porque puedo reír, llorar, amar, caerme, levantarme, seguir, cambiar de dirección, con la tranquilidad  de que hago lo correcto; porque puedo ser yo misma, conservar mi identidad, mis locuras, mi música interior con la certeza de que es así como debo vivir mi vida; porque puedo vivir, opinar, decidir, sentir, conocer, aprender, compartir, disfrutar con la fortaleza de que soy dueña de mi y de mi conciencia y por tanto cada paso y cada día es para mi un regalo y una prueba; un don y un compromiso; alegría y aprendizaje; fuerza y sensibilidad; entrega y donación; vida y esperanza; porque sé que soy lo que debo, lo que quiero y puedo ser.


viernes, 20 de julio de 2012

Después de dos años... Gracias!!!

Bueno, el tiempo llegó. No hay plazo que no se cumpla ni fecha en el calendario que no llegue. Después de dos años de vivir en el DF me llegó el tiempo de partir. Tengo ya mi casa embutida en un montón de cajas; los recuerdos, la vida de este tiempo quedó reducida a eso.
Haciendo ayer un resumen de este tiempo acepto que vine a esta ciudad con miedos, dudas, recelos. Es la ciudad más grande del país y del mundo; más de 20 millones de almas viven, conviven y sobreviven en este lugar; este caos de vehículos, calles, edificios, vendedores ambulantes, puestos de comida, de fayuca que al pasar todos los días se hacen familiares sin dejarse de preguntar cómo es posible que esta ciudad no colapse. Vine a esta ciudad con el miedo de eso: de lo que en realidad no es.
Me voy con el corazón apachurrado, invadido de nostalgia, de recuerdos, de palabras, de abrazos. Me voy con el corazón dolido de decir adiós, de dejar cosas más importantes que un doble piso, una obra mal hecha, del caos de la semaforización. Dolido del adiós de un tiempo que se me entregó sólo para mí. De un tiempo de reflexión, de descubrimientos, de auto exploración, de reconstrucción personal.
Me voy con el corazón llorando por aquellas personas que me dieron sus sonrisas, sus abrazos que me abrieron su casa, su corazón, su vida. Esas personas que lentamente se entrometieron en  mi vida sin aviso, pero de manera tan discreta y lenta, que cuando menos lo pensé ya eran parte de mi. Ese mensaje de saludo por la mañana,ese correo, ese recibimiento, esas visitas, esas charlas, esas salidas, esas reuniones. Terminan por convertirse en mi vida, en mi rutina.
Vine a esta ciudad sin ganas, sin la convicción de querer hacerlo. Me vine porque estoy convencida de que no me casé para estar sola y eso de tener la familia partida por dos años no me convencía en realidad, así que haciendo de tripas corazón y  de recetarme diariamente discursos de autoconvencimiento de que estar aquí era lo mejor para mi familia, terminé convencida de esa estadía, de estas vacaciones laborales, de estos meses sabáticos.
Y hoy a dos días de mandar por fin la mudanza de regreso a casa me detengo a pensar: ¿a casa? el DF fue mi casa, lo hice mi casa, la decoración no es la perfecta ni la más acogedora; la música ambiental no es la más refinada, ni el aire el más selecto, los paisajes son de lo más variado y pintoresco. Pero si, el DF fue y sé que será mi casa cada que regrese; por la simple razón de que  en esta ciudad  aprendí a abrir mi mente y mi corazón sin condición, donde decidí crecer y madurar, donde aprendí a valorar lo que realmente importa, donde me deje de miedos absurdos y prejuicios infantiles; aquí  aprendí a volar con mi propias alas, lejos de la comodidad de la familia y de lo conocido; fue aquí donde deje a mis hijos caminar sin la mirada constante de mis preocupaciones y de mi protección excesiva;  donde vi a mis hijos florecer, crecer, soltarse...
Fue aquí en el DF, donde me encontré, donde me valoré, donde se puso a prueba día a día mi fortaleza, mi convicción, mi fe, mi religión, mi lealtad. Fue aquí donde se me mostraron los amigos entrañables y más que maravillosos de Guadalajara,  donde se me dieron personas valiosas que hicieron mi estadía inolvidable.
Si, el DF es también mi casa. Dos años bastaron para decir me gustó estar aquí y me duele la partida, me duele cada caja empacada, cada recuerdo guardado, cada risa, cada lágrima. El DF también es mi casa, porque aquí dejo un pedazo de mi corazón, lo dejo no en la casa que habité, o le parque que recorrí; lo dejo en las personas que me encontré, en los momentos que compartí, en la vida que con ellos viví, en el recorrido que juntos caminamos.
Es increíble como Dios, la vida, los planetas, el clima, lo que sea; pone las cosas de tal manera que al final salimos ganando; es increíble como cruza caminos, destinos, vidas para el bien de uno mismo. Su modo de actuar es misterioso y nada ortodoxo; al final del día y del ciclo es cuando nos damos cuenta de que todo tuvo una razón y fue para bien.
En este momento de pausa de la empacada, de la locura que implica una mudanza agradezco a Dios esta aventura maravillosa, me mudo de ciudad, regreso a mi origen a lugar donde comparto raíces y cariño. Regreso a mi otra casa, con tristeza y pesar, eso sí, con la esperanza y la tranquilidad de que en el DF tengo otra familia, tengo otra casa, de que aquí mi vida continúa....
Gracias por estos dos años, gracias por todo. Dios los bendiga

lunes, 11 de junio de 2012

En estos días que he estado de mudanza, y al abrir la puerta de mi clóset para iniciar la empacada de mis pertenencias, me llevé el susto de mi vida: han salido una cantidad de cajas que no esperaba. Ropa, zapatos, bolsos, perfumes, accesorios... en ese momento me puse a pensar si es necesario todo ese ajuar para una mujer que está cada día más cerca de los 40.
Y entonces decidí hacer una especie de investigación de campo, así que me fui a una plaza comercial, me compre un té y me senté frente a una tienda de ropa femenina. Simplemente a observar a las mujeres que a esa hora entraban al lugar. Por la hora, (en la mañana) la mayor parte eran mujeres mayores de 30 años y pude atestiguar que de cada 3 que entraban una salía con una bolsa de compras.
Después de una hora de observación entré a la tienda a ver si podía entablar algún tipo de conversación con las clientas. Así que decidida y tratando de mantener mi mejor sonrisa y mejor trato me acerqué a una mujer que revisaba atentamente unos pantalones (si, me gustaron, me imaginé con ellos y luego desperté de mi ilusión, no iba a comprar ropa) Le saqué conversación y en unos minutos ya estaba compartiendo tips de belleza, sus pasiones, sus mañas, sus pasión por la ropa.
Cerca de nosotras estaban otras mujeres quienes también comentaron acerca de sus gustos y de sus preferencias de ropa y calzado. Me llamaba la atención el ver que traían en una mano tres o cuatro ganchos con ropa y buscaban más. ¿Es necesario tener un clóset repleto de cosas de vestir? Si!!! la respuesta fue tajante.
Una mujer que se precie de serlo debe de tener una amplia gama de estilos, de diseños, de colores, de medidas de tacones para su arreglo diario. Parte de la coquetería, parte del misterio femenino, parte del glamour. El estrés cada mañana cuando se abre el clóset para ver que me voy a poner es parte del show. Ese estrés se va desvaneciendo conforme encontramos lo adecuado para ese día, de acuerdo a nuestras actividades, estado de ánimo, tiempo...
Recordemos que de niñas nos ponían el vestido mas amplio, con encajes, listones y lazos. Los combinaban con los adornos en la cabeza, las calcetas, el zapato o en su caso las sandalias. Desde pequeñas nos enseñan a las mujeres a cuidar nuestro arreglo personal, a ser pulcras, a combinar texturas, colores, peinados y accesorios.
No nos extrañemos de que esas enseñanzas perduren a lo largo de nuestra vida, sólo que entre más grandes nuestras actividades se multiplican. Ya no es sólo casa, colegio deportes o clases especiales por la tarde. Ya es escuela, trabajo, salidas con amigos, novio, compromisos sociales... Lo que hace que nuestro guardarropa aumente de manera considerable. Cuando estábamos en la etapa de los 15 casi todos los fines de semana eran las fiestas de las compañeras, primas, hijas de los amigos de nuestros padres. Y era la compradera o las visitas a la modista para encargar vestidos como si fueran palomitas de maíz...
Y qué tal en la prepa? las fiestas, las llegadas de los amigos a los 18 con tremendo festejo y todas las graduaciones hasta terminar la universidad (se gradúa el hermano de mi mejor amiga, el primo, el vecino, pasé el examen de manejo, de la vista...) por lo que se necesitaba una colección de atuendos propios para tan gloriosas ocasiones. Y después obviamente, las bodas, bautizos y demás... y así hasta el día de hoy.
Pero no sólo ropa de gala, también la ropa para el diario, para el trabajo. Eso hace que cada vez más necesitemos agregar un cajón, un metro de clóset, otro zapatero, otro entrepaño para las bolsas, otro mueble para los accesorios y así nuestra recámara se nos hace pequeña y empezamos la invasión de otros cuartos o espacios para nosotras.
Así que viendo la cantidad de cajas que han estado saliendo simplemente de mi clóset no me debo extrañar ni espantar. Sino sentir tranquila SOY MUJER y sí, necesitamos no un clóset, dos cuartos exclusivos para nuestras cosas, con cajoneras, espejos, espacios para bolsos, sombreros, chalinas, collares, pulseras, ropa. O ya de perdida que el marido no levante las cejas cuando abres tu lado del clóset que por extraña razón es el más grande; y levanta las cejas porque ahí no entra ni el aire; y te quedas mirando como niño perdido la cantidad de tela ahí colgada y sueltas la clásica e importante pregunta filosófica de toda mujer en sus cabales: "¿Qué me pongo?" seguido del lamento cual tragedia griega: "No tengo nada qué ponerme!".
Somos mujeres y está en nuestra esencia, o al menos en la mayoría de nosotras. Así que dejaré de quejarme por la cantidad de triques y trapos por empacar y desempacar. Y recordaré que así es nuestra parte femenina cada que me pare frente al caos roperil o frente al espejo para darle una última mirada a mi aspecto y despedirme con un guiño y una sonrisa de satisfacción en mi rostro....

martes, 8 de mayo de 2012

Pensar en este 10 de mayo

Se acerca ya el 10 de mayo, y los comerciales alusivos a los regalos para mamá ya están en su apogeo desde hace un mes. El bombardeo de las tiendas departamentales, supermercados, centros comerciales, concesionarias, es increíble; todos tienen el regalo perfecto, el de sus sueños, lo que ella siempre ha deseado...
Digo, yo nunca he sabido de alguna encuesta a las madres en las que enumeremos los regalos que quisiéramos para ese día. Pero por arte de magia, ellos lo saben y mucho antes que nosotras.
Que la lavadora; la licuadora; los juegos de sartenes, de cubiertos, de vasos; la cafetera; el microondas; la aspiradora; la sala; la pantalla LED; el comedor. Todo eso y más deseamos las mamás que nos regalen el 10 de mayo. En serio?
No creo que las amas de casa deseen que en el día de las madres les recuerden sus obligaciones con algún electrodoméstico que al final de cuentas será para toda la familia. O solo nosotras tenemos el derecho de lavar nuestra ropa en la lavadora? la de los demás se lava como? en la tintorería? en el lavadero? Y la estufa? La comida que se prepara ahí es exclusiva para la mamá? sólo se plancha la ropa de una? No!!! los electrodomésticos son para toda la familia.. ahh pero se espera obviamente que sean utilizados por las abnegadas madrecitas para atender a su querida familia.
Así somos los mexicanos, quiero a mi madre con el alma, pero si ella me quiere, me tiene que atender a cuerpo de rey, y para eso, le regalamos los "ayudantes" en su labor sagrada de ser la más querida de la familia.
 Aparte del regalito maravilloso, esperamos, claro que lo estrene el 10 de mayo con todos los honores. Y más cuando la ubicación permanente es la cocina: tiene que preparar una banquete digno de ella, y esmerarse porque para gusto de la festejada, viene toda la familia a festejar a las mamás: la suegra, las cuñadas, las nueras, las hermanas.... Y hay que presumir el regalazo, pero sobre todo hacer que las invitadas se sientan reinas ese día; SU día!! Válgame!!
Y ahí tienen a la pobre mujer desmañanada (tuvo que levantarse más temprano porque era el festival del colegio y hay que asistir arreglada, y preparar a los hijos que van a participar: maquillarlos, vestirlos, peinarlos, prepararles el desayuno y llevarlos al cole a festejarse) y saliendo de ahí con la prole (porque terminando el festival hay que llevarse a sus hijos, ya que las maestras también son mamás y tienen el derecho de festejarse) a comprar lo necesario para el banquete, la botana, la cerveza, el vino, el hielo... Llegar a la casa, hacer que los retoños se cambien, desmaquillarlos, quitarles el disfraz, el peinado; preparar la botana, la comida, el postre; revisar que la casa esté en orden, acomodar el lugar donde se van a servir, sacar la vajilla o los desechables, el caso es que tiene que dejar todo listo para cuando lleguen los invitados y demás festejadas.
Pero ahí no termina la cosa, hay que atender a la mamá, a la suegra, a cuanta madrecita esté en su casa, porque es su día y andar dando vueltas, cuidando que los niños no destrocen la casa, que coman, que los señores tengan hielo, refrescos y vino suficiente... Presumir una y otra vez el regalo, remarcar su gran utilidad para elaborar el agasajo maternal; sonreír todo el día, despedir a los invitados con suma amabilidad y recoger todo el desorden que se hizo en su honor... Ah y el comentario final de "mi mamá se sintió festejada y mis hermanas muy contentas, te quedó bien todo, a ver cuando lo repetimos"... Sí jefe! cuándo quiera! Y la festejada de la casa?
Alguna vez se han puesto realmente a pensar en que le gustaría a su mamá para el 10 de mayo? no piensen en ustedes o en un beneficio a corto y mediano plazo. Piensen en ella, sólo en ella. Qué les ha dado? Qué se merece? si tanto se mortifican porque tenga ayuda en las labores del hogar, se pueden poner a redecorarle la casa en cualquier momento.  Por qué esperar a que sea 10 de mayo para recalcarle a la madre su lugar? "Si mami, te quiero mucho y te valoro como no tienes idea, te compré esta plancha de vapor porque con la otra no me dejas bien mi ropa" "Eres increíble mamá, te debo lo que soy y por eso te regalo este extractor para que me hagas mis jugos super nutritivos todos los días!"
En serio valoramos a mamá? o sólo la vemos como nuestra facilitadora de vida, como el elemento mágico en la casa: se acaba el jamón en la mañana y cuando regresas por la tarde de nuevo hay; la ropa que dejas sucia en el bote aparece lavada, planchada y doblada en los cajones, no importa la hora siempre está afuera esperándote; cuando bajas en la mañana hay en la mesa un licuado, café, fruta para ti...
En nuestro cumpleaños no nos regala un cepillo o un bote de basura... nos regala lo que nos gusta, lo que usaremos sólo nosotros; siempre busca sorprendernos, darnos gusto, hace que nos sintamos especiales y únicos. Sin embargo, el 10 de mayo la mamá se convierte en una más de los millones que hay y le compramos el regalo fabricado en serie y multipublicitado por los medios haciéndonos creer que ESE es el regalo ideal para la madre ideal... "Para la mujer que te dio la vida, la nueva lavadora ecológica" "dale a tu madre un poco de lo mucho que te da, dale la nueva licuadora y tostadora" y ahí van a comprarlos en masa para la mujer que se supone es única.
Por qué no ser originales? diferentes? Qué le gustaría? descansar? consentirse? sentirse más que querida? Cómo lograrlo? si la ves cansada, déjala que duerma, mándala a que le hagan un masaje, un nuevo tinte, un nuevo corte de pelo. Que quiere atracarse de chocolates, regalale sus chocolates. Quiere despejarse, unas entradas al teatro, al cine y que incluyan una comida o cena en su restaurante favorito; llena su casa de sus flores favoritas; regalale ese gustito que ha pospuesto por años; que no quiere salir; déjale la televisión, prepárale de comer; quiere ese día estar en cama? adelante que vea las películas de antaño; su programa favorito; que lea.
Se supone que el 10 de mayo es EL día de la madre, entonces que sea ella la que diga que es lo que quiere. No necesita que una empresa le diga sus deseos o necesidades y si nosotros la conocemos tan bien como decimos, no debería ser difícil entenderla y encontrar el regalo perfecto para ella.
El amor, el respeto que nos merece se verá reflejado en lo que hagamos por ella ese día y siempre; en qué tanto le buscamos, le pensamos, le imaginamos para su festejo; para su día. Si es en realidad única, insustituible, maravillosa, genial, así debemos ser con ella. Aprendamos a valorar su esencia, sus manos, su risa, su cariño, su mirada, su aliento, su valor, su entrega, su don. Reconsideremos lo que significa ser madre, para los medios es sinónimo de ama de casa, cocinera, costurera, chofer, nutrióloga, modista. Pero es mucho más que eso: es una caricia, un beso, un susurro, es aire fresco, es calidez, es hogar, es espontaneidad, es energía, es fuerza, es refugio, es seguridad...
Y ahora, qué le vas a regalar a tu mamá?


martes, 17 de abril de 2012

De edades y otras lozanias

Me encanta ver a una mujer madura, de la tercera edad (de niña se les llamaba ancianas) por las mañanas enfundada en ropa deportiva y caminando por el parque con una energía más que envidiable. Observarla, con las arrugas en sus manos, en su cuello, en su cara, eso sí, con unos elegantes lentes oscuros y el cabello perfectamente teñido, será su tono original o lo habrá modificado con el tiempo?
Y ver a aquellas mujeres madres ya de universitarios o abuelas, maquilladas, con ropa menos severas, con pulseras, collares, mascadas, el zapato de tacón, con el glamour en pleno; demostrando que la edad no es un condicionante de dejar la coquetería de los años mozos.
Recuerdo a mi abuela, a las abuelas de mi niñez, con faldas muy por debajo de la rodilla, medias opacas, zapatos cerrados, chatos, como de monjita, blusas de manga larga con bordados, encajes, lazos, el cabello mostrando las canas, llevado corto o recogido; con poco o nada de maquillaje; la estampa ideal de la abuela canosa, con lentes, frágil, sentada en un sillón, con una manta sobre las piernas, tejiendo o bordando y la mascota a sus pies (toma el llavero abuelita....)
De igual manera, las mujeres de "cierta edad" digamos pasando los 45; tenían un mismo look, demasiado "aseñorado", serio; ese era l reflejo de la idea de mujer respetable; como si el hecho de cuidar la imagen era mal visto, el arreglo era por demás conservador...
Hoy en día la mujer de más de 50 grita al mundo que es joven, que es bella, que es coqueta, que se gusta al verse en el espejo y por lo tanto, su arreglo es más juvenil. Mujeres entaconadas, con pulseras, anillos collares, mascadas, bolsos, teñidos y peinados perfectos. Mostrando con orgullo el paso del tiempo.
Son mujeres envidiables, se cuidan en muchos sentidos: su alimento, su descanso, su ejercicio. Buscan diversas maneras de ocupar su tiempo, ya no tienen que cuidar hijos, así que lo dedican  a ellas, a su pareja, a sus amigas, a su familia... Disfrutan lo que las vida les dio.
Esas mujeres para mi son maravillosas. Soy afortunada en conocer varias madres y abuelas más que orgullosas. Mujeres que para mi son bastiones, ejemplo. Esposas e hijas de hombres ilustres, dedicadas a apoyarlos, cuidarlos, alentarlos; madres de un legado, de un nombre, de valores. Que aún hoy siguen dando ejemplo de vida, de estilo, de fe, de amor.
Me encana verlas en todo el esplendor que da su edad, su sabiduría, su caminar... Y honestamente, aunque me vea muy criticona me encanta verlas al lado de quienes luchan con todas sus fuerzas por evitar el paso del tiempo en su rostro, en su cuerpo. Mujeres que no se parecen a la imagen de su juventud. A fuerza de bisturí, de bótox, de colágeno, pretenden ser las mismas de hace 40 años. Pretenden verse más jóvenes y "conservadas" que sus hijas, que sus nietas!!!
Las comparaciones nunca han sido buenas, pero ver a dos mujeres de la misma edad, una mostrando su edad sin tapujos, las marcas que cada año, cada alegría, cada tristeza, cada lucha, cada victoria en si misma; al lado de una mujer que de tanto pasar por el quirófano se quedo con dos expresiones en su cara: ojos abiertos y ojos cerrados; todo por el temor de envejecer; de perder belleza.
Mujeres tan iguales y tan diferentes. Las que prefieren cuidarse de modos tradicionales, o con tratamientos no invasivos. Sólo por sentirse bien, esperando y aceptando el paso del tiempo con cada una de sus cargas y consecuencias físicas. Y por otro lado, aquellas que a toda costa y aprovechando los adelantos médicos, deciden retrasar el paso del tiempo en ellas, modificandose, invadiendose.
La fuente de la eterna juventud, que será? verse siempre de 30 a cómo dé lugar? o vivir cada momento y aceptar la acumulación de calendarios como la llegada de experiencia, sabiduría, estabilidad, de cosecha, y no de la decadencia o anulación social?
Reconozco que me cuesta trabajo aceptar esa acumulación de calendarios en mi vida. Pero acepto que me encantaría ser de esas mujeres que ríen a carcajadas, de la vida, de la muerte, de los años, de las canas. Me gustaría ser una abuelita fashion, arrugadita, con mi cabello teñido, collares, tacones, caminado todas las mañanas en compañía de mi perro; seguir escribiendo con la entrometida de mi gata; cocinar para mis nietos; sentarme en la terraza por la tarde con mi libro, mi té, mi marido; verme al espejo y pensar por enésima vez "mañana me plancho mis arrugas!!!" y reírme de ellas....
Creo que esa es la fuente de la eterna juventud: simplemente seguir viviendo y disfrutarlo todo.




jueves, 29 de marzo de 2012

In memoriam

Hoy me levante con más nostalgia que de costumbre. El pecho más que oprimido, las emociones a flor de piel, las lágrimas de un facilón impresionante. Hoy me levante pensando en mi padre, sintiéndolo, extrañándolo, añorándolo. Son cuatro meses de su ausencia, de su partida, de ver ese vacío y esa falta de él que duele y golpea los sentidos.
Hoy me levante pensando el el padre que Dios me mandó aquí en la tierra y me mostrara humanamente su rostro divino. Me levanté recordando esa sonrisa fácil, esa mano cálida. Ese hombre que se envolvía en sus recuerdos, en sus memorias y las platicaba al mundo con ese gusto y esa pasión por la vida misma.
Hoy me levante con una plegaria en los labios: Padre, mío y Dios mío acompáñenme hoy en mi día, en mi camino. guíenme como de pequeña, de la mano y cuidando cada paso mío con amor, con recelo, con orgullo; denme la fuerza de aceptar un día más esa sombra, ese monstruo, ese velo, esa extraña y conocida que es la muerte; déjenme sentirlos en el aire en el sol, en la lluvia, en mis hijos, en mi reflejo en el espejo; háblenme por medio del amigo, del hermano, de mi madre...
Hoy me levanté con un dolor que no rechazo, con esa sensación de un día lluvioso en el que quedarse en casa a solas, en un rincón preferido de casa, con los recuerdos, las fotos como únicos compañeros hacia volar la memoria, la risa, las lágrimas; recordar los sueños, las palabras, los momentos.
Hoy me levante con unas ganas enormes de verte papá, de abrazarte, de besarte, de platicar como antes, de contarte mis locuras y ver como soltabas la carcajada ante las ocurrencias de tu hija; de sentarnos frente a la tele y ver un partido de béisbol, llevando el score, discutir sobre el equipo, el jugador, el pitcher, el bateador; de estar en el jardín sentados y ver como encendías tu cigarro y por enésima vez decirme que no te gustaba que yo te imitara, que no era buen ejemplo y que era tu peor defecto; de que me preguntes qué estoy leyendo, cuál es mi autor favorito en este momento y que te narre un pasaje de ese libro; de enfrascarnos en esos duelos acerca de política, religión, de mi modo peculiar de ver la vida, y el mundo; de mi modo de relacionarme con el otro y que me digas cuanto te sorprende mi carácter y filosofía, mi capacidad de reír y de ser yo misma.
Hoy me levanté con ganas de decirte que todo lo que te agrada de mi, es gracias a ti, es porque  sigo tu ejemplo, tus consejos, porque me enseñaste con dedicación a amar, a ayudar, a sonreír, a ser fuerte. A luchar y a caminar sin importar lo difícil que sea. Que siempre hay algo mucho mejor a la vuelta del camino, detrás de un árbol, de una nube, de la lluvia, del sol... Que mis sueños son mi motor y mi guía, mi alma mis leyes, mi filosofía, mi fe mis valores y mi arraigo; mi sangre el agua que me nutre, fortalece y define.
Hoy me levanté papá con una tristeza pausada, adormecida, se metió en mi cuerpo por la noche con esa seguridad de que se apoderaría de cada parte de mi cuerpo y de mi alma; sin prisas, sabiendo de que era necesaria para poder sentarme y escribir.
Hoy me levanté con mil preguntas en la cabeza, con ganas de respuestas simplemente humanas, que a la mujer que soy y solo a ella la dejen satisfecha; dejar un poco la teología, la filosofía; solo el lenguaje humano para explicarme esa partida, tu partida.
Hoy me levanté susurrando tu nombre, mi nombre. Sintiéndome más tu hija, más parte de ti, más herencia tuya a esta tierra; desentrañando esa palabra, esas letras que encierran mi origen, mi raza, mi destino. Hoy papá me levante dando gracias a Dios por conocerte, por educarme, por quererme, por comprenderme; por dejarme ser esa niña loca y ocurrente; disparatada e impaciente; por darme las armas para vivir y reír; el consuelo de llorar; la memoria de ti; de tus enseñanzas y tus historias; por ser el hombre que creyó en mi desde el día que me vio y me amó hasta el día de hoy.
Hoy me levanté y lloré, y reí, y recordé que estabas aquí conmigo, en mi; y así seguirás mientras no me olvide no de tu cara o tu voz o tus manos, sino de que yo soy tu sangre, tu carne, tu orgullo, tu herencia... tu hija.


martes, 27 de marzo de 2012

Cómo se relaja una mujer? Válgame, es como preguntar cuantos colores hay en una puesta sol o la forma que toman las nubes. De las variadas formas que tenemos de relajarnos lo importante es dejar de pensar, dejar de preocuparnos por un momento de las 30 cosas por realizar en el día, las 250 de la semana o las chorrocientas mil del mes.
A veces basta una simple taza de té, refresco, café; sentarnos en la sala, cocina, jardín o el rinconcito de la casa que más nos agrade. Cerrar los ojos, oler, sentir, respirar... solo eso para transportarnos en ese mundo, paisaje, momento de nuestra vida que nos brinde felicidad, paz.
Otras veces con hojear una revista (ese hecho crean o no, no nos quita puntos en el coeficiente intelectual, aunque hay hombres que así lo creen), y si es de esas llamadas elegantemente "del corazón" siendo en realidad de chismes de artistas; lo que nos relaja. Más de una critica a las que aparecen ahí "Pura cirugía en esta, botox en la otra, robamaridos, mal actriz, ¿a poco canta?, demasiado maquillada, demasiado fachosa, ¿pero qué necesidad de andar tan entallada y escotada?" Si, esas críticas aunque nos vean estresadas y volteando la cara nos dan una tranquilidad....
Y que decir de salir con las amigas, un café, un desayuno, no importa el lugar, lo que interesa es el con quién. Tenemos siempre la amiga idónea para el estado de ánimo que nos ayude a regresar a casa como cascabeles. Haciendo que dejemos de lado por un momento nuestras preocupaciones.
No se olviden de las compras, o simplemente ir a un centro comercial, probarse un par de zapatos, revisar vestidos, blusas, pantalones, bolsas; imaginarnos vistiéndolos y seleccionando la ocasión perfecta para ello. No necesitamos comprarlos, sólo sentirlos en nosotras. ¿Por qué? Por la misma razón que un hombre se detiene a ver una auto deportivo a detalle, se sube en el, se imagina que va al volante, que cambia de velocidad, que rebasa, que va e una carretera, que toma una curva (algunos hasta el sonidito de motor hacen con frenadas, aceleradas y cambios de velocidad) Y si su motivo es válido, el de nosotras también: no tiene nada de malo.
Leer, bueno, para mi la lectura es realmente lo que hace desconectarme de todo. Tomo un libro y hasta que lo termino lo suelto, aún me imagino siendo alguno de los personajes; recreo en mi mente los paisajes; adelanto situaciones; desenredo tramas: me meto de lleno en lo que está escrito y me maravillo del estilo, de lo intrincado de las frases,  de la capacidad del autor de tenerme al borde del sillón hasta el final y con ganas de que no termine el libro o de que encuentre segunda, tercera parte...
Meterse un rato en el ciberespacio: face, messenger; cualquier modalidad de comunicación con el otro por medio de una computadora y del ya indispensable internet (algunas, como yo, traemos todo eso en el celular, así que nos conectamos y desconectamos donde sea y cuando sea. Adicción? No que va!!) Estar un rato conectadas y "lelear" sin ton ni son, bajando videos, música, chateando, revisando lo que los otros publican nos da un tiempo de "nada" simplemente porque no pensamos nada.
Caminar con el perro o sola, correr, ir al gym (sin estar más preocupada por bajar la llantita) o simplemente disfrutar una canción y destrozarla tratando de igualar al cantante; comer un helado; una rebanada de pastel lentamente dejando la cereza al final, sin preocuparse por las calorías; comer chocolates; ver una película lacrimógena o una comedia y reirse a carcajadas perduiendo toda compostura... son esos momentos en los que sentimos que el mundo se detiene, solo por nosotras y nos deja disfrutar plácidamente esa pausa en nuestro día.
Cada una tiene su método de relajación diario, semanal, quincenal, esos rituales sagrados que procuramos cada vez que sentimos que la vida nos rebasa; que pedimos esquina para respirar profundo. No son banalidades, no son locuras ni ocurrencias; son parte de nosotras, de nuestra "programación". Y qué delicia! Yo no veo a un hombre comiendo helado, bocado a bocado, saboreando la cuchara y chupándola con singular alegría. En tres parpadeos, el helado desaparece con ellos. O sentados disfrutando una taza de té; ni hablar de que vean una película romántica por gusto (nos acompañan si, pero ¿han visto la cara de martirio que ponen?) Cierto, ellos tienen "sus" modos de relajarse, válidos como los nuestros. Pero yo sigo disfrutando los míos... Gustan? Disfruto en este momento mi tacita de aromático y fuerte café...

lunes, 26 de marzo de 2012

La condición mujer siento que es confusa incluso para nosotras. Ser mujer es más que portar, cuidar y lucir la figura femenina. Va más allá de entaconarse y recorrer nuestro día subida en ellos; maquillarse, algunas de más, algunas de menos y otras con la naturalidad que da la cara lavada; cargar una bolsa con cuatro kilos de contenido, gracias al monedero, cosmetiquera, crema, perfume, cepillo, pastillas, chiclets, costurero, pluma, agenda, celular, llaves,kleenex o toallitas húmedas y todavía cargarla trepadas en nuestros hermosos zapatos de tacón para agregarle emoción al día; evitar mostrar las canas, las arrugas; cuidarse el cabello; las uñas...
No sólo se encierra en las múltiples actividades que realizamos del diario, no sólo somos madres, esposas, hijas, hermanas, amigas, trabajadoras, amas de casa y todas las acciones que realizamos en torno a esos roles: sicólogas, cocineras, taxistas, gps (mami dónde está mi celular, mi mochila, donde dejé la tarea...) consejeras, referis, entrenadoras, coreógrafas, decoradoras, lavadoras, niñeras, enfermeras, veterinarias, jardineras....
Ser mujer va mucho más allá que todo lo anterior y lo que se vaya acumulando con el paso de los días, de los hijos, del trabajo, estudio... Nos hemos enfocado y mucho es porque así nos han educado, a los demás y hemos basado nuestra condición en función del otro.
Nos hemos olvidado de nuestra esencia, hemos dejado en el camino nuestro valor. Todo lo que hacemos en el día, no es porque seamos una máquina multiusos o seamos superdotadas; es porque en principio, somos dadoras de vida, biológica y espiritual. Nuestro cuerpo es un milagro que hasta el día de hoy la ciencia no puede igualar, ni entender. Nuestra alma tiene la capacidad de darno esa paz y ese arraigo, así como de brindar a los demás seguridad.
De ahí parte nuestra esencia, nuestra fortaleza, nuestra sensibilidad. Somos capaces de ayudar, de entender, de emocionarnos, de llorar, de luchar. Tenemos una perfecta combinación de inteligencia e intuición que nos ayudan a desempeñar nuestro trabajo, nuestra profesión, nuestra vocación.
Se nos olvida lo exquisitas que somos, lo maravillosas, y tratamos de conquistar espacios en el mundo con la bandera de un feminismo mal entendido. No somos hombres, no tenemos ni su anatomía, ni su estructura mental. Feminismo es eso SER MUJER,conciendo nuestras capacidades, valores, conocimiento, sabiduría, fortalezas para ponerlo en práctica en la vida; pero al mismo tiempo saber nuestros errores y debilidades y estar dispuestas a corregirlos, superarlos o en caso dado, a no dejarnos arrastar por ellos.
Cuándo empezamos a ser insensibles a nosotras mismas? En que punto del camino nos perdimos, buscando afanosamente glorias ganadas  a costa de olvidar nuestra naturaleza?





sábado, 24 de marzo de 2012

Quiero aprovechar este espacio para compartir la experiencia que me fue permitida vivir el día de ayer: Tuve la gracia de estar en el Aeropuerto de León para dar la bienvenida al Papa Benedicto XVI.El estar esperando a que llegara el avión, tuve tiempo de reflexionar un poco acerca de mi fe, de mi religión. Soy católica en un principio, por que así fui educada. Recibí en casa la base de mi fe.
Con el paso del tiempo, las dudas no fueron la excepción; creo que es normal que cuando uno está en la prepa, se cuestione muchas cosas de su vida, desde el modo en el que está siendo educado por sus padres, estilo de vida y por supuesto la religión.
Yo decidí estudiar y entender mi creencia religiosa no por herencia familiar; sino por verdadera y sólida convicción. Y eso hice. En mi afán de despejar dudas, de aclarar misterios de fe decidí estudiar, leer, preguntar, pero sobre todo, participar, vivir mi fe.
De pequeña en casa me enseñaron que para hablar con Dios está el rezo del Rosario, el librito de 15 minutos de oración, catecismos, libritos de oraciones. Que solo así me escucharía. Conforme crecí y asistía al catecismo, y me adentraba a algunos movimientos católicos me di cuenta de que podía hablar con Dios de la misma manera en la que hablo con la gente. Así de simple. No hay fórmulas especiales como en las matemáticas, no hay protocolos, no hay un abc. Simplemente las ganas y la necesidad de comunicarme con El y la seguridad de saber que me escucha de manera atenta.
Y estando bajo un tremendo solazo y rodeada de cientos de personas, llegué a la conclusión de que me da orgullo decir que soy católica, y lo soy hoy en día por decisión propia. Conozco mi religión y conozco mi fe y siento que cada día es más sólida. Y espero estar dando a mis hijos las respuestas correctas en sus momentos de duda, confío en darles los elementos necesarios, para que en su momento ellos puedan asumir su fe y su religión de manera personal y con amor.
Qué me hace desear eso? El oir a un hombre que ha pasado su vida estudiando, razonando la fe. las Escrituras y hablar con tanta serenidad y dulzura del amor, de la espranza, de la paz, de la oración. Oir a un hombre que humanamente es frágil, pequeño, anciano; pero espiritualmente fuerte, sólido, grande, joven, vigoroso; me da testimonio de que vivir y sentir a Dios da esos dones. Y yo quiero vivirlos y quiero que mis hijos los vivan.
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jueves, 22 de marzo de 2012

La ventaja de tener la edad que tengo, es que conozco mi cuerpo más que bien. Hace años era una mortificación y todo un circo si tenía algún evento importante que requiriera vestido, zapatos, peinado, maquillaje, desde el momento de saber del compromiso, la misión era encontrar el outfit adecuado para el momento y era el peregrinar por plazas comerciales tiendas, internet, buscando el atuendo y accesorios perfectos para la ocasión.
E iba a las tiendas y me probaba vestido tras vestido, buscando el perfecto, el que me hiciera ver y sentir maravillosa. Sin saber exactamente que era lo que buscaba, qué estilo, qué color, qué tela.. nada, yo solo quería un vestido divino! Que cuando me lo pusiera, pasara lo mismo que cuando Harry Potter encontró la varita adecuada: todo se iluminó alrededor.
Y para eso tenía que ver todos los vestidos posibles, entallados, escotados, con lentejuela, de gasa, de seda, de encaje, corto, largo, de tirantes, con mangas, sin majgas...vestidos realmente lindos, pero cuando me los ponía no se veían tan lindos en mi cuerpo. Vamos no niego que al verlo me imaginaba con él puesto y me veía como supermodelo.
Pero ya parada frente al espejo, la realidad era diferente, o no se parecían a nada a un vestido, o no se le veía forma alguna, o no se "apreciaba" el bello trabajo realizado en la tela, o me aumentaban 15 años 20 kilos dos maridos y tres nietos... O estaban aquellos tan adornados que al verme me parecía más a una drag queen que a una mujer.... Más de un vestido me llenaba el ojo, pero no lo llenaba mi cuerpo, me sentía una Mónica Belluci y en realidad era Oliva la de Popeye...
Y regresaba a casa, cansada, desilusionada, de genio,"nada me queda bien" y en realidad no era así. El caso era que buscaba algo que no iba conmigo, ni con mi cuerpo, ni con mi estilo. Pero eso no era el problema en ese tiempo, "era yo" y entonces empezaba de nuvo la enumeración de defectos, de errores, la autoestima entonces tomaba su taladro y seguía su camino bajo tierra, buscando petróleo... Y envidiaba a aquellas que los vestidos les quedaban como mandados a hacer, todo un drama por un vestido, ¡un vestido!
Con el paso del tiempo he aprendido a ver mi cuerpo en base a los atributos y menos a sus defectos. Me enfoco a aquello que quiero destacar y no sólo con la ropa de gala, sino con la ropa de diario. Hoy en día años después, 3 embarazos (globos aerostático, por cierto) mi cuerpo ha cambiado bastante, si tomamos en cuenta que el día de mi boda medía 1.70y pesaba 45 kilos, hoy me veo bastante "repuesta" con algunos kilos de más; sigo delgada, pero las tallas son otras, además de que tengo más definido mi estilo de vestir. 
Hoy ya nome torturo andando de tienda en tienda ni probandome cuanto vestido se me aparece enfrente. Hoy conociendo mi cuerpo y mis virtudes físicas, me dedico más a resaltar eso, a sentirme cómoda y segura. Que cuando me veo en el espejo, veo esa luz en mi cara y esa sonrisa de "me gusto, me quiero y me veo guapísima!".
No se me han quitado mis defectos, pero  no me afectan hoy me llevo bien con ellos, estamos en una tregua permanente. Es mi único cuerpo  debo no sólo de aceptarlo, sino quererlo y cuidarlo para que me dure y si además lo adorno y presento de manera que se vea mucho mejor los resultados son maravillosos y salen a la luz, los demás se dan cuenta, yo me doy cuenta.
Ya no pretendo verme como artista o modelo, quiero verme como soy. Soy mi propio lienzo en blanco, mi propio modelo a seguir y la verdad, me gusta más lo que veo hoy en el espejo que lo que veía cuando era una jovencita, por qué? porque me quiero más hoy que cuando estaba en los tempranos veintes...





miércoles, 21 de marzo de 2012

Ser mujer no es algo simple. Los hombres se quejan demasiado de nuestra naturaleza (si entienden esa palabra? naturaleza?) Para nosotras créanlo o no también es un misterio, confusión, dolores de cabeza, sentimientos de soledad y de incomprensión...
Añadan edad, condición social, hijos, trabajo, estudios, la cosa se convierte en un circo de tres pistas. No es lo mismo para una tener 20 años y sentir la vida a favor, tiempos, sueños; todo es más sencillo, tiene sentido lo que hacemos, nuestra incipiente rebeldía, nuestras salidas, las ganas de coquetear, las conquistas de una tarde, de un verano. Que ya estar cerca cada vez más a las cuatro décadas (señora de las 4 décadas, diría Arjona en su intento de conquistar a una mujer mayor)
Ya las cosas tienen otro color (el rosa paso de largo y lo vemos en fiestas infantiles, bautizos y nos preguntamos por qué ese afán de estereotipar desde el nacimiento al niño y a la niña) ya vemos una gama más completa de colores fuera del arco iris, en ocasiones la vida parece en blanco y negro, otra en colores sepia y otras con colores tan brillantes, como el campo después de una buena lluvia.
Ya tomamos la vida más en serio, las responsabilidades, el trabajo ya no es sólo tener dinero para el antro, para los zapatos, la blusa, el salón de belleza; ya tiene otra utilidad la renta o la mensualidad de la casa, del carro, colegiaturas, clases especiales para los niños, vacaciones en familia...
Hay días en los que te levantas y te miras al espejo y te asustas, no sólo es el maravilloso peinado que durante la noche elaboró la almohada o las ojeras o la marca de la colcha en la mejilla. Sino el paso del tiempo, lo mucho que ha cambiado tu rostro, tu piel, el mirar de tus ojos, tu sonrisa.
Ser mujer es un mundo paralelo, subidas en tacones, con niños de la mano, bolsa, mochilas, llaves, listas de pendientes, citas, tareas. Ser de todo un poco cada día, consejera, cocinera, sicólogo, gps, taxista, maestra, estilista, tintorería, etc. Y estar en la mejor disposición para todos en todo momento, no existe el dolor de cabeza, la gripa, el cansancio...
Ser mujer es un don,  es un maleficio, en una condición, es un estado de vida y cada día que pasa, cada momento nos enriquece, nos fortalece, nos identifica. Si se disfrutaron los veintes, se deben gozar los treinta, ¿cómo serán de interesante los 40's?