lunes, 28 de julio de 2014

No soy perfecta... pero sí feliz!!!

Sé que no soy perfecta, el espejo y las fotos no solo me lo dicen: me lo gritan a la cara. Y si aún tengo alguna duda, al querer probarme ropa, ciertos modelos me lo reiteran una y otra vez. Físicamente tengo muchos defectos, demasiados quizá... cierto que en la secundaria rogaba por tener un cuerpo de mujer, lo que ya empezaba a ver en algunas de mis compañeras... y sí, se me cumplió, años después se me hizo mi cuerpo de mujer: lonja, celulitis, estrías, chaparreras, flacidez, arrugas....
Y cierto que reniego del cuerpo de mujer, reniego a veces por no poder ponerme la ropa que me gustaría lucir, andar en shorts en vez de bermudas, usar más minifaldas y no ver hilos saliendo de ellas, o hilos con bolitas por la celulitis; usar un escote en la espalda sin el miedo de parecer jamón mal empacado....
Pero así soy, y sé que soy más que un vestido o un pantalón. Soy todo un conjunto de matices y colores que me divierten y me llenan... y les gusta a mi gente más cercana. Así conquisté a mi marido y lo sigo haciendo día a día y así les gusta a mis hijos y lo celebran y me dan cuerda.
Hace poco alguien me tildó de que estoy loca... curioso, pues es un adjetivo que con cierta frecuencia me dicen seguramente para que me ofenda... y me lo dicen personas cercanas a mi... muy cercanas... Y saben qué? Sí. Estoy Loca. MUY LOCA!!!
Loca por poder abrir los ojos cada mañana; por ver que puedo vivir cada minuto del día y hacerlo perfecto; loca por ver a mis hijos crecer y hacerse independientes, felices, íntegros; loca por mi marido que para mi es simplemente lo mejor que pudo hacer Dios para mí; loca por mi música y mi voz y lo demuestro cantando en el carro, en mi casa, con mis hijas...; loca por pasar tiempo maravilloso con los amigos; loca por tener amigos que valen su peso en oro; loca por tener mi casa, mi jardín, mi espacio; loca por mis gatos; loca por mis sueños; loca por mis alegrías y tristezas...
Me han inventado muchas cosas, me han hecho ver una y otra vez que no soy perfecta... que tengo más defectos que virtudes... y tienen razón: No soy perfecta. Pero ellos tampoco. La diferencia es que ellos necesitan hacerlo notar, criticar, juzgar, sentenciar y condenar, para sentir que tienen algo de autoestima; para no ver con claridad sus propias fallas y sus imperfecciones... necesitan hacerlo para sentirse bien y creerse superiores...
Yo suficiente tengo con vivir mi día como para ponerme a discutir con ellos o tratar de demostrarles que tienen una perspectiva de mi totalmente equivocada... pero sería perder mi tiempo. Ellos tomaron un decisión y no están dispuestos a cambiarla por nadie. Ni por su propia sangre.
No soy perfecta. Me gustaría serlo? Si. todos somos perfectibles. Para eso, debo quitarme de hipocresias, de tabues, de prejuicios, de bobadas y niñerías. Empezar a enfocarme en lo que para mi es importante y empeñarme en ser feliz y hacer felices a la gente que le importo y me importa...
No puedo darle gusto a todos mis detractores, y a estas alturas de mi vida, ni me interesa, ni quiero ni me importa. Sé que siempre verán algo malo en mi aunque sea pequeño, sin importancia, banal. Y desgastar mi tiempo y vida en ellos es querer vaciar el mar con un vaso lleno se hoyos...
Mi vida para mi en este momento es  perfecta: no tengo un casonón, ni una cuenta abultada en el banco; no tengo colección de autos ni los muebles de revista; no seré la mujer más hermosa del planeta ni mi cuerpo es de modelo de Victoria Secrets... Mi vida no sale en revistas del corazón ni mis mascotas ganan premios de obediencia o pedigree...  Pero es mi vida y afronto mis decisiones y mis acciones. Soy feliz con mi marido y con mis hijos. Es perfecta porque llevo construyéndola desda hace años. Porque eligo con cuidado que se queda y que se va. Porque ya no permito que se entrometan en ella. Porque no me molesta que me critiquen mi físico o mi carácter. Porque no necesito reclamarle a los demás nada que me hayan dicho o hecho. Porque no envidio nada que los demás tienen. Porque me alegro de cada triunfo de mi familia. Porque sé que puedo contar con ella. Porque me despierto en las mañanas y mi lucha de levantarme o no es cada vez menor. Porque disfruto por igual días lluviosos o soleados. Porque puedo estar conmigo y platicarme y enamorarme y darme cuenta de que soy valiosa.
No soy perfecta, pero me gusta aprender de mis errores, me gusta enfrentarme a  mis defectos y miedos; me gusta saber que día a día a la única que tengo que superar es a mi misma. Me gusta saber que no necesito compararme con nadie. Que lo que veo en el espejo es honesto y real.
Si a mis hijos les he enseñado a ser honestos con ellos mismos a respetarse, a ser auténticos; por qué he de hacer lo contrario sólo para evitar las ridículas habladurías a mis espaldas? No soy perfecta. Ellos tampoco. La diferencia es que me divierto como enana cada que me entero del nuevo milagrito que me cuelgan... la diferencia es que necesitan criticarme y presentarme como alguien de trato complicado y delicado para sentirse bien con ellos mismos, fuertes e importantes... yo solo necesito verme reflejada en los ojos de las personas que quiero para darme cuenta de que todo está bien... de que voy bien... de que hay más cosas y mejores sin necesidad de denigrar a nadie; de que puedo ser mejor venciéndome a mi misma cada día; de que mi locura es mi motor y parte de mi esencia; de que los demás son lo de menos...
No soy perfecta. Pero así me quiero... y Mucho!!!





viernes, 25 de julio de 2014

A las del Cuarto piso, de la secu y de la vida...

Ser una mujer que habita en el cuarto piso puede ser un tanto complicado, y más para los que se encuentran alrededor de ella... sin embargo, para una todo ese drama y batallar de años anteriores se disipan igual que la niebla al salir el sol y calentar el ambiente.
Es quizá un reto para algunos el descifrarnos, asegurarán que no es tan fácil complacernos o contentarnos o entendernos... y están muy alejados de la verdad.
A los cuarenta florecemos, crecemos, maduramos, mejoramos. Conocemos la longitud y fuerza de nuestras alas. Sabemos nuestros alcances y límites. No nos amedrentan las cosas simples y tomamos retos de otro nivel.
Nos sentimos más libres de hablar, de pensar, de sentir y de amar. No nos atan ya los tabues o convencionalismos. Somos dueñas de nuestras decisiones y acciones. Y caminamos por la vida con tacones o sin ellos, pero con la cara en alto, el orgullo en la mirada, la fuerza a flor de piel y nuestras convicciones en cada paso.
Ayer compartí unas horas deliciosas con un grupo de esas mujeres del cuarto piso. Mujeres que conocí en una etapa dura y oscura de mi vida, que durante muchos años traté si no de olvidar, si de dejar muy bien encerrada en un baúl en el rincón más oscuro de mi alma.
Lo que encontré fue un regalo maravilloso de charlas y confesiones sin juez, sin sentencia, sin burla. Fue un abrir de corazones de mujeres que compartimos los mismos sueños, miedos, retos y caminos. Profesionistas, madres de familia, esposas, hijas, hermanas. Cada una con su carga, con su duelo, con sus dudas... pero también con energía, alegría con sencillez, con valentía de afrontar el día a día y salir con saldo a favor.
Una cree estar sola, yo creo estar sola, pues no acudo a buscar ayuda o consejo con facilidad, y me encierro en mi mudo, en mi cabeza, en mi pequeño rayo de luz que me mantiene cuerda y viva. Y cuando ves que no eres la única que tiene esas dudas, temores, traspiés. Que no esperan que seas perfecta como las fotos del Face o revista de sociedad, entiendes que la perfección llegó cuando asumimos nuestra condición, nuestras decisiones, nuestras metas, cuando en compañía o solas tomamos el control de nuestra vida y empezamos a trazarnos nuestro destino y metas a corto y largo plazo. Y ya no estás sola... hay un ejército de mujeres como tu... 
Mujeres con una historia, con cicatrices, con lágrimas secas, con risas en la memoria. Mujeres que se han caído y levantado; mujeres que luchan día a día por ellas y por los suyos; mujeres a quien la condición social no les es relevante, sino lo bueno y noble que tu corazón tiene y ofrece a los demás.
Un ejército de mujeres que se ven por las calles entaconadas, en pants, haciendo ejercicio, haciendo el mandado, llevando hijos a la escuela, yendo al trabajo; mujeres conocidas y anónimas que decoran y alimentan el mundo con sus ocurrencias, locuras, sensatez, cordura, arranques, carcajadas, memorias, recuerdos...
Ayer compartí muchas cosas con unas mujeres que formaron parte de mi vida, y lo curioso es que a pesar del tiempo transcurrido, la esencia de cada una ahí está y se manifestó ayer en una velada inolvidable. Cada una en su forma y en su ser, cada una aportando una parte de su vida y de su alma. Cada una sin buscar una intención más que el reforzar una etapa que compartimos y que nos dejará marcadas por el resto de nuestra vida.
Y así como ayer nos reunimos a recordar  habrá muchas otras mujeres que lo hacía o lo seguirán haciendo. Porque al final de cuentas esas historias  nos dejan atadas de por vida, sin importar el tiempo, la distancia o la frecuencia con que compartamos el pan y la sal... y los vinos...
Hoy escribo para ellas. Gracias por hacer que por un momento mi incomodidad y mi falta de integración fuera dejada en la puerta y olvidada. Gracias por sus palabras y por ese grato momento.
Gracias por recordar que ser mujer es un reto y una tremenda diversión. Gracias por seguir luchando cada día para lograr sus metas. Por no rendirse, Por seguir sonriendo, por conservar la alegría y las ganas de seguir caminando. Gracias por ser hoy la inspiración de este escrito.
A ustedes y a las demás mujeres que comparten con nosotras esta etapa, a cada una con sus errores y virtudes, sus aciertos y errores, sus triunfos y fracasos, con sus metas y sus desalientos. A ustedes que salen perfectas o con su "cabello violento", novieras o seriecitas, aventadas o tímidas, platicadoras, rebeldes, la de la carcajada sonora, la del chiste pronto, la del canto melodioso, la estudiosa, la protagonistas, la que se escondía, la conciliadora, la peleonera, la inteligente, la desidiosa, la coqueta, la nerd, malhabladas o propias, elegantes o fachosas... sean como sean, a cada una que ha llenado mi vida y me ha dejado algo bueno, a ustedes gracias!!!