lunes, 26 de marzo de 2012

La condición mujer siento que es confusa incluso para nosotras. Ser mujer es más que portar, cuidar y lucir la figura femenina. Va más allá de entaconarse y recorrer nuestro día subida en ellos; maquillarse, algunas de más, algunas de menos y otras con la naturalidad que da la cara lavada; cargar una bolsa con cuatro kilos de contenido, gracias al monedero, cosmetiquera, crema, perfume, cepillo, pastillas, chiclets, costurero, pluma, agenda, celular, llaves,kleenex o toallitas húmedas y todavía cargarla trepadas en nuestros hermosos zapatos de tacón para agregarle emoción al día; evitar mostrar las canas, las arrugas; cuidarse el cabello; las uñas...
No sólo se encierra en las múltiples actividades que realizamos del diario, no sólo somos madres, esposas, hijas, hermanas, amigas, trabajadoras, amas de casa y todas las acciones que realizamos en torno a esos roles: sicólogas, cocineras, taxistas, gps (mami dónde está mi celular, mi mochila, donde dejé la tarea...) consejeras, referis, entrenadoras, coreógrafas, decoradoras, lavadoras, niñeras, enfermeras, veterinarias, jardineras....
Ser mujer va mucho más allá que todo lo anterior y lo que se vaya acumulando con el paso de los días, de los hijos, del trabajo, estudio... Nos hemos enfocado y mucho es porque así nos han educado, a los demás y hemos basado nuestra condición en función del otro.
Nos hemos olvidado de nuestra esencia, hemos dejado en el camino nuestro valor. Todo lo que hacemos en el día, no es porque seamos una máquina multiusos o seamos superdotadas; es porque en principio, somos dadoras de vida, biológica y espiritual. Nuestro cuerpo es un milagro que hasta el día de hoy la ciencia no puede igualar, ni entender. Nuestra alma tiene la capacidad de darno esa paz y ese arraigo, así como de brindar a los demás seguridad.
De ahí parte nuestra esencia, nuestra fortaleza, nuestra sensibilidad. Somos capaces de ayudar, de entender, de emocionarnos, de llorar, de luchar. Tenemos una perfecta combinación de inteligencia e intuición que nos ayudan a desempeñar nuestro trabajo, nuestra profesión, nuestra vocación.
Se nos olvida lo exquisitas que somos, lo maravillosas, y tratamos de conquistar espacios en el mundo con la bandera de un feminismo mal entendido. No somos hombres, no tenemos ni su anatomía, ni su estructura mental. Feminismo es eso SER MUJER,conciendo nuestras capacidades, valores, conocimiento, sabiduría, fortalezas para ponerlo en práctica en la vida; pero al mismo tiempo saber nuestros errores y debilidades y estar dispuestas a corregirlos, superarlos o en caso dado, a no dejarnos arrastar por ellos.
Cuándo empezamos a ser insensibles a nosotras mismas? En que punto del camino nos perdimos, buscando afanosamente glorias ganadas  a costa de olvidar nuestra naturaleza?