domingo, 20 de septiembre de 2015

Hasta cuándo?

Con los últimos acontecimientos en nuestro país, no dejo de lamentarme ni de pensar hasta dónde vamos a llegar, pero sobre todo hasta dónde vamos a soportar como ciudadanos las situaciones en las que nos pone nuestro gobierno, y por qué no decirlo, nosotros mismos.
Fue el voto el que puso al presidente que tenemos, a los gobernadores, a los presidentes municipales, a los diputados y senadores.  Son los mismos ciudadanos los que corrompen al hombree necesitado, al policía, al funcionario de segundo y primer nivel.
Cada que leo el periódico y veo una nota acerca de la corrupción con los diputados, senadores, magistrados. Las compras millonarias por parte de los ayuntamientos, la falta latente de servicios en las colonias más necesitadas, las calles destrozadas por falta de prevención y ánimo de conservarlas. Cuando circulando por las calles veo cada vez más edificios de 10, 15 o 10 pisos de departamentos de lujo con amparos del Tribunal Administrativo, que violan de manera flagrante las leyes y dictámenes de uso de suelo. Cuando veo los policías en sus patrullas violando las reglas de tránsito y molestándose si los reprendes, grabas o exhibes.
Cuando ya se desapareció la amabilidad en los automovilistas y se vuelve circular por las calles una guerra de láminas o de marcas. Cuando el respeto por el otro pierde la importancia. cuando hasta los menores te insultan porque  te  molestas de que su padre se pasó el alto y casi te choca.
Me pregunto hasta dónde llegaremos ante la cantidad de familias que pasan el día en los cruceros de la ciudad pidiendo limosna. Algunos disfrazados de migrantes, y éstos sufriendo la persecución de la policía para sacarlos del país.
En qué fallamos como sociedad cuando vemos cada vez más accidentes ocasionados por la ingesta del alcohol y ver que la mayoría son ocasionados por jóvenes. En qué fallamos cuando vemos el aumento de robos a plena luz del día, delante de la misma ciudadanía; ya sea a pie, en moto, en el camión, en la cochera de tu casa, en un estacionamiento.
Qué nos pasó, que la intolerancia es válida y es la bandera de la tolerancia. Cuando las minorías tienen mas peso que la mayoría y debes quedarte de brazos cruzados y callado so pena de ser tachado de retrógrada, medieval u otras linduras.
Hasta dónde podemos aguantar como sociedad de que cada día es más difícil sobrevivir con los sueldos que nos imponen, con los precios que los comercios deciden (esos sí no los impone el gobierno) con las alzad de la gasolina, la luz, el gas, el agua. Hasta cuándo aguantaremos un servicio de transporte público indigno de una ciudad como Guadalajara, con unidades desbaratándose, camioneros con nula preparación y policías de tránsito dispuestos a pasarles las faltas por  $50.00 al menos.
Cómo continuar con las calles de la Zona Metropolitana en estado lamentable. nunca había visto tal cantidad de vía destrozadas, descuidadas, sucias, oscuras, mal vigiladas. Los parques públicos descuidados, olvidados.
Hasta cuándo vamos a seguir soportando malos gobiernos, malos funcionarios, malos representantes. hasta cuándo van a seguir votando por esas Carmen Salinas que con descaro no trabajan, se duermen en el trabajo y todavía se burlan e insultan al pueblo que las puso en la curul. Hasta cuándo seguiremos solapando casas blancas, negocios entre particulares y funcionarios, gastos excesivos, vestidos de miles de dólares, despilfarro en viajes al extranjero con 200 invitados pagados por el pueblo; asesinatos a mansalva, negociaciones con el narco; estudiantes desaparecidos; secuestros...
Hasta cuándo aguantaremos esos pagos de $200.00 lonche, refresco y viaje para aplaudirle al que nos aprieta el cinturón y nos quita la posibilidad de crecer en todo sentido como ciudadanos y como país. hasta cuándo toleraremos esos conciertos gratuitos, pagados con nuestros impuestos para los acarreados. hasta cuándo vamos a hartarnos de ser un pueblo gobernado por ineptos y peor aún, encabezado por el peor de todos.
Hasta cuándo dejaremos de verle la burla a todo y darnos cuenta de que no sólo somos el hazmerreir del mundo, de que las tonterías de nuestros gobernantes nos dejan mal parados como pueblo, pues fue nuestra decisión en las urnas. Hasta cuándo vamos a exigirle al gobierno que trabaje, que sea honesto, que sea congruente. Que deje de perseguir maestros, jóvenes, trabajadores, padres de familia. Que nos de empleo, seguridad, salud, inversión, vivienda... tranquilidad.
Me duele ver la indiferencia de muchos, el conformismo de otros, y también el arrivismo de quienes utilizan estos problemas como bandera para tener su tajada del pastel. Y el mexicano sigue aguantando... hasta que les quiten las novelas o descalifiquen a la selección... ahí sí se protesta, se hacen marchas, se firman peticiones, se indignan!
Cada vez tenemos más pobres, cada vez nos alcanza para menos, cada vez están peores los programas de educación, las nuevas leyes están para apretar al ciudadano, los funcionarios cada vez ganan más, tienen mayores privilegios y menos responsabilidades; al que es corrupto se le consiguen nuevos cargos; el que no, se le dan las gracias y se le inventan faltas menores para acabarlo públicamente: Los jueces y magistrados son botín y moneda de cambio entre partidos en el congreso y quedan los que más paguen por el puesto, y lo que menos hacen es impartir justicia: se vende al mejor postor. los diputados cobran moches, no van a trabajar, gastan más de lo que ganan, negocian puestos y permisos, se duermen en plena sesión y siguen cobrando y brincando de puestos. El gobernador entre su sordera social y su camarilla de secretarios que hacen como que trabajan mientras la ciudad y el estado sufre de inseguridad, de obras mal planeadas y mal hechas, de policías ineptos, de un transporte público abusivo...
Y ni qué decir del presidente... con sus errores, sus negocios, sus amistades, sus muertos, sus desaparecidos... sus millones. Dicen que el pueblo tiene el gobierno que se merece. ¿Nos merecemos todo esto? Sí. Yo creo que sí. Por  dejarnos, por permitirlo, por festejarlo...
Una vez más, me dueles México