viernes, 28 de agosto de 2020

MI EQUIPO... MIS ÁNGELES

Cuando las cosas no se ponen bien, es normal que busquemos instintivamente un refugio. Un espacio, una persona. Y está bien. Es señal que contamos con un equipo de protección para casos de emergencia. Y es aquí donde  mi cabeza ha estado dando vueltas... todo con tal de no enfocarme aún en lo que los médicos y los estudios me dicen; está bien, tendré tiempo para entender y vivir con eso.
Cuando ´pienso en un equipo de protección me refiero no a un casco o botas. Me refiero a esas personas en específico en las que uno piensa al momento en que tenemos un contratiempo, un problema, un accidente... esas personas que son indispensables.
Por eso es importante saber quién debe ser parte de ese equipo. Por qué? porque deben ser quienes estén a tu lado aún cuando ni tu mismo te soportas. Que se sienten al borde de la cama aún cuando sólo quieres ver el techo y pensar lo miserable que eres.  Que te lleven un vaso con agua aunque no seas su persona favorita en ese momento.
Que aunque esté enojad@ contigo, piense en qué podría alegrarte... un chocolate, un  té, una película, un abrazo... o simplemente el saber que estás ahí y no te moverás pase lo que pase. Ese salvavidas que sabes que estará presente pase lo que pase.
Es necesario ese equipo... pero qué tanto estamos nosotros dispuestos a ser parte de ese equipo para otra persona? En las buenas todos podemos decir que sí. Pero en el análisis ya cambian las cosas. No es fácil. Porque implica darse. implica dejar el egoísmo, el coraje, el orgullo. Significa SERVIR. Y es ahí donde la puerca tuerce el rabo.
Porque ya nos justificamos, ya tratamos de deslindarnos... es que me dijo, es que me hizo. Es que ayer no me hizo caso, es que no me llamó. Es que reacciono así por su culpa...  es que si no me va a dar para qué me arriesgo. Cuando quieres a alguien, cuando te IMPORTA alguien estas ahí. PUNTO.
Tienes tu equipo de protección? Felicidades.
Eres parte del equipo de protección de alguien? 
Sé que soy una persona compleja, complicada. ( Mi padre me decía rompimos el molde contigo y afortunadamente quemamos los planos... ) sé que en ocasiones no es fácil lidiar conmigo, para mí tampoco ha sido fácil hacerlo; pero en verdad agradezco cada día a esas personas que decidieron ser mi equipo; que aquí están. Que no dudan en apoyarme aún cuando ni yo misma sé qué quiero o necesito.
Agradezco a quien con una llamada, un gesto, una palmada, una sonrisa, un detalle se hacen presentes. Bendigo a esas personas que aún cuando quisieran acariciar mi mejilla... con un ladrillo... un par de veces... están al pendiente de mí y me lo hacen saber y sobre todo; me hacen sentir que le importo y que valgo la pena.
En estos días mi vida ha dado un giro. Me enfrento a cosas como la diabetes que conozco porque la padeció mi padre y sé que mi condición me hará batallar un poco más de lo usual. Pero también me enfrento a viejos conocidos como el riñón... y a nuevos retos que ni siquiera puedo pronunciar!!! 
La primer sensación es el balde de agua helada... todo de golpe... montoneros. 
Luego... miedo... qué pasará... y sí no funciona... y si deriva en... y si...
Luego el orgullo de vamos a darle aunque sean en bola... para todos tengo y me sobra!!
Pero también hay esos momentos en los que me pongo a investigar, a buscar cómo puedo ayudarme: en qué me debo de fijar, qué debo de escuchar en mi cuerpo, cómo me debo manejar en adelante.
Y en cada de esos momentos... ha estado mi equipo... me han visto llorar, enojarme, preguntar, desesperarme, temblar.... maldecir... reír y bromear. Y me hacen cada vez más fuerte. Me dan la seguridad de que podré con esto. podremos con esto. Porque NO estoy sola y eso es una bendición.
Te invito a que veas quiénes son de tu equipo... y tu de quién o quiénes eres equipo.
Agradéceles por ello. Bendícelos... esos equipos son Ángeles de la Guarda...