viernes, 11 de agosto de 2023

Simple reflexión a final de semana

 Hace tiempo tomé una decisión que definitivamente cambió mi vida. Pero sobre todo me dió un golpe de realidad en relación con las personas que tenía a mi lado. Durante años pensé que tenía muchos amigos, y no era cierto. Tenía amigos, conocidos y personas que se hacían pasar como amigos con la intención de obtener un beneficio personal.

En los últimos años he tenido una desbandada de personas en mi vida. Dejé de serles útil. Aún personas que yo nunca imaginé que eran de ese tipo, fueron las primeras en dejar de responder mensajes, llamadas. Me sacaron de redes sociales y de su vida como se saca algo que ya no sirve más.

No negaré que estaba desconcertada. Dolida. A muchas de esas personas les ayudé de varias maneras una y otra vez. Y su agradecimiento fue borrarme de su vida. Otros lo hicieron diciendo barbaridad y media. Otros de manera silenciosa.

Sin embargo. Hubo también quien en los más duros momentos, se acercaron a mí y no me soltaron. Personas con las que no tenía mucho contacto, se volvieron cercanas.  También están los que en ningún momento se han alejado. Y siguen presentes en mi vida, que siguen siendo parte de esta historia de mi día a día. Algunos más cercanos que antes!!!

Todo pasa por algo. Esa limpieza de personajes me dio un enorme respiro. Me enseñó que no soy yo la que les falló. Y qué en todo momento habrá personas que no son leales, genuinas y que no es mi problema.

Estoy en un proceso de sanación, de encuentro, de descubrirme, y de encontrar mi misión en este mundo. Lo que me sume que se quede. Lo que reste que se vaya. Ya no estoy para cargar con pesos inertes o con problemas ajenos. Ayudo al que me nace ayudar y si esa persona no lo valora, no es mi problema. Uno da lo que tiene.

Hoy es un parte aguas de nuevo en mi vida. Un nuevo caminar. Un nuevo capítulo en mi vida personal. Ayer Rosy me dió el más valioso de los consejos en medio de un momento de dolor: si no te valoran no te quedes; eres más fuerte y grande de lo que crees; y vales demasiado para los que sabemos la mujer que eres. Tus hijos te conocen a la perfección y aún con tus errores, hay muchas más cosas buenas. 

Me dijo que no dejara de escribir. De sentir, de reír, de ser yo. Que está segura que seré muy feliz, que no me angustie. Todo estará bien. Que me toca pensar y vivir por y para mí porque mis hijos estarán a mi lado todo el tiempo apoyándome. 

Todo pasa por algo. Y cada momento es de aprender. De analizar. De probar mi fuerza y de qué estoy hecha. Cada decisión que tome viene con algo bueno o malo que me va a ayudar a crecer, a conocerme, a seguir. 

Cómo dijo Rosy. A pesar de mis fallas, errores, el saldo es positivo.